Las barreras cortafuegos con placas de silicato son una solución efectiva, económica y estéticamente agradable para cumplir con las exigencias de las normativas de seguridad contra incendios.

Este tipo de barrera cortafuegos proporciona una protección pasiva al impedir la propagación del fuego y del humo entre distintos sectores de un edificio, garantizando así la seguridad de los ocupantes y la integridad de la estructura en caso de incendio. Las placas de silicato se destacan por su facilidad de instalación y mantenimiento, lo que las convierte en una opción preferida para muchos proyectos de construcción y renovación.

El proceso de instalación con placas de silicato se realiza en varios pasos para asegurar su eficacia y durabilidad.

1. Instalación de estructura: Se instala una estructura de soporte utilizando perfiles metálicos, como omegas o montantes, fijados firmemente a la cubierta o medianería del edificio. Esta estructura proporciona la estabilidad necesaria para el sistema cortafuegos, asegurando que las placas de silicato se mantengan en su lugar y funcionen eficazmente durante un incendio.
2. Colocación de placas: Se colocan las placas de silicato directamente sobre la estructura metálica, en configuraciones horizontales o inclinadas según los requisitos del proyecto. Las placas, elegidas por su resistencia al fuego y propiedades aislantes, ayudan a contener el fuego y evitar la transmisión de calor y humo, garantizando una protección efectiva y adaptada a las necesidades específicas del entorno.